INFORMES DE LECTURA
Informes de lectura Dicen los pedantes que el «informe de lectura» de una novela o de un ensayo es un instrumento con el que el escritor puede propiciar a un editor, o, por mejor decir, un medio que puede facilitar el camino hacia las editoriales. Yo discrepo de esta opinión, porque, si la obra del escritor es excelente, tarde o temprano ha de hallar la honra, no solamente por parte de los editores, sino por parte del público al que la obra se dirige, sin que medie un «informe de lectura», el cual, además, es uno de los embelecos que los ridículos pedantes se han inventado para cohonestar su oportunismo. Mas, con esto, no estoy diciendo que los «informes de lectura» sean al escritor tan inútiles como al cliente de un restaurante las hojas de verbena con las que el «chef» adorna el plato de espaguetis. En realidad, el «informe de lectura» es solamente una opinión «profesional» de una obra, en la que el «crítico» aconseja esto, desaconseja aquello, y amonesta al autor a adoptar